Bogotá se encuentra en estado de alerta debido a una creciente ola de atracos a mano armada en restaurantes. Esta problemática ha llevado a que el alcalde Carlos Fernando Galán herede un escenario de inseguridad que se intensificó durante la gestión de la exalcaldesa Claudia López. En tan solo seis semanas desde que asumió el cargo, Galán no ha logrado frenar la escalada de atracos que ha dejado a la población atemorizada.
Los criminales actúan de manera audaz y han llevado a cabo al menos diez robos con armas de fuego o traumáticas en diversos establecimientos comerciales. Este aumento en la delincuencia ha generado temor entre los habitantes de la capital colombiana, quienes se sienten desprotegidos. La impunidad reina, ya que, a pesar de las investigaciones en curso, no se ha logrado realizar ninguna captura hasta el momento.
Las víctimas de estos robos comparten testimonios aterradores, destacando la sensación de vulnerabilidad y la falta de respuesta por parte de las autoridades. Ciudadanos como Sebastián Gómez, un joven abogado de 27 años, relatan experiencias cercanas a la tragedia, donde los delincuentes apuntan con armas de fuego a las personas durante atracos masivos en cervecerías.
La situación ha llevado a que la simple actividad de salir a comer se convierta en una tarea de alto riesgo en Bogotá. Los restaurantes y gastrobares se han convertido en blancos fáciles para los criminales, quienes utilizan pistolas traumáticas o armas de fuego para amedrentar a las víctimas y llevarse un botín significativo. Esta nueva modalidad delictiva ha generado un impacto negativo en la percepción de seguridad, afectando tanto a clientes como a dueños y administradores de estos establecimientos.
El testimonio de Ángel Toloza, quien fue víctima de un atraco en una cervecería, refleja la impotencia que sienten las personas al ser amenazadas con armas de fuego. La lentitud en la respuesta policial y la sensación de desamparo contribuyen a la creciente percepción de inseguridad. Además, las víctimas denuncian que, a pesar de contar con videos de cámaras de seguridad, la investigación podría cerrarse por falta de pruebas, evidenciando la impunidad que rodea estos casos.
El empresario Alejandro Serrano, esposo de la presentadora Alejandra Giraldo, también fue víctima de robo en una panadería en 2023, y resalta la falta de avances en la investigación. Este ambiente de inseguridad afecta no solo a los clientes, sino también a los empleados de los establecimientos, algunos de los cuales han renunciado debido al riesgo constante.
La respuesta de la administración de Claudia López es duramente criticada, acusándola de no liderar de manera efectiva las estrategias de seguridad y de no asignar recursos suficientes para proteger a los ciudadanos. El actual alcalde, Carlos Fernando Galán, enfrenta el desafío de revertir esta situación y devolver la tranquilidad a la ciudadanía.
Los concejales Daniel Briceño y Cristina Calderón, entre otros, señalan la necesidad de acciones contundentes para contrarrestar la inseguridad, proponiendo incluso la militarización de las calles como medida urgente. Sin embargo, la Alcaldía descarta esta opción, argumentando que la ley define criterios objetivos para el uso de la fuerza militar en situaciones de seguridad urbana.
A pesar de las críticas, la Alcaldía sostiene que los delitos de alto impacto van a la baja, citando disminuciones en el hurto a personas, hurto a celulares, hurto a residencias y hurto a comercios en enero de 2024 en comparación con el año anterior. Sin embargo, la percepción de seguridad sigue deteriorada, y la población demanda acciones más efectivas.
En medio de este panorama, se destaca la necesidad de utilizar tecnología para combatir la inseguridad, mencionando la entrega de cámaras LPR de inteligencia artificial como una medida que aún no se ha implementado. La falta de coordinación entre el sector público y privado también se señala como un factor que limita las capacidades de la fuerza pública para abordar la problemática.
En conclusión, Bogotá se enfrenta a una crisis de inseguridad heredada de la gestión anterior, y el alcalde Galán se encuentra bajo presión para implementar medidas efectivas que restauren la confianza de la ciudadanía y frenen la ola de atracos que ha convertido actividades cotidianas en actos de alto riesgo.
Fuente original: SEMANA
Febrero 17 2024
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